Mi historia con las flores
…
Gardenias blancas, calas esbeltas y elegantes, rosas con su dulce perfume…
Para mí, las flores siempre me recordaron a mi infancia, especialmente a mi abuelo, que cuidaba su jardín con mimo y dedicación.
Desde siempre, la creatividad y el arte en todas sus expresiones se me dieron muy bien, y disfrutaba con todo lo relacionado con ello. Siempre pensé que la belleza es imprescindible en la vida.
En la edad adulta mantuve esta pasión, aunque solo relegada a mis ratos libres. Pero un día, impensadamente y sin saber por qué, hice un click:
Paré,
Respiré.
Tomé mi tiempo para escucharme
… y de repente me di cuenta
de que mi interior me estaba hablando
Con el ruido de ahí afuera, ni siquiera me había oído.
De pronto, me escuché:
¡Difruta con lo que hagas!
¡Ama tu día a día!
¡Encuentra motivos para sonreír!
¡Despliega tu creatividad!
¡No te conformes!
Se abrió una caja de Pandora llena de creatividad, belleza y sensibilidad que me conectó con mi esencia. A través de las flores me conecté con la delicadeza, la armonía y la feminidad.
Fue así como decidí dedicarme al mundo de las flores. Y me sentí totalmente entusiasmada cuando descubrí que la belleza de las flores no tiene por qué ser efímera: con las flores preservadas se conserva su belleza y su delicadeza con el paso del tiempo.
Por este motivo he querido especializarme en ramos de flores preservadas. Porque, tal como para mí las flores me transportan a mi infancia, a mi abuelo y a mis recuerdos, tu tengas también la oportunidad de rememorar siempre uno de los días más especiales de tu vida.
