LA BODA DE EIRE
No puedo dejar de agradecer cada día el regalo que supone poder trabajar con y para grandes personas. Este regalo me produce un sentimiento de alegría, satisfacción y agradecimiento.
En un post anterior os hablaba de que regalar flores es regalar emociones. Me refería en concreto a la persona que las recibe y la que las regala.
Pero hoy quería compartir con vosotros que gozo de mi trabajo porque es una fuente inagotable de emociones. La alegría y el agradecimiento de recibir un encargo, la satisfacción por la confianza depositada, el reto de lograr cumplir los deseos de quien me encarga el trabajo, la felicidad y recompensa de entregar un trabajo que agrada. Toda una serie de sensaciones y emociones positivas.
Una vez más, este fue el caso con esta novia, que a pesar de su juventud fue ejemplo de buen trato, alegría y saber hacer las cosas. ¿Sabéis aquellas personas con las que todo es fácil? Pues así fue todo el proceso, desde el primer contacto. He tratado con muchas novias así, pero ésta en concreto me inspiró a hablar de ello. Tal vez fue la frescura de su juventud y la sonrisa fácil y contagiosa. No sé, son aquellas sensaciones difíciles de explicar.
El caso es que Eire quiso un ramo de flores preservadas con toques celestes, pues es su color preferido. También tenía claro que quería que fuese un ramo de flores preservadas. Así se lo quedaría de recuerdo. El que regaló fue una réplica en flores preservadas también.
Como en todos mis post, acabo agradeciendo a Eire la confianza depositada en mi y me alegro de haber cumplido sus expectativas. También le agradezco que nos haya enviado unas fotos tan bonitas.
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